La resiliencia de las infraestructuras de transporte también debe considerar la capacidad de los taludes en las redes viales para resistir y recuperarse de impactos, especialmente los provocados por fenómenos climáticos. La estabilidad de estos taludes es esencial para evitar deslizamientos y garantizar la seguridad y operatividad continua de las carreteras. En la región de Cantabria, al norte de España, se ha desarrollado una importante experiencia en la implementación de medidas para fortalecer la resiliencia de los taludes en la red de carreteras. Esta experiencia ha permitido avanzar en la identificación y evaluación de los riesgos climáticos específicos que afectan a los taludes en la Red de Carreteras del Estado (RCE). Recientes investigaciones (Collazos et al., 2022; Alonso et al., 2022) han contribuido a medir la vulnerabilidad de los taludes ante riesgos climáticos, considerando factores como la sensibilidad, probabilidad, severidad y criticidad de posibles deslizamientos. Este trabajo se centra en consolidar y difundir el conocimiento sobre las intervenciones realizadas en Cantabria, con el fin de reducir los impactos del cambio climático en los taludes y mejorar la resiliencia de estos activos críticos en la red vial, tanto en el presente como en el futuro.